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La proporcionalidad del 20-0 por causas de COVID-19 en la Euroleague

Actualizado: 21 oct 2020

Como decía un buen compañero, «un, dos, tres, un pasito pa’lante, -Euroliga-; un, dos, tres, un pasito pa’atrás»[1]. María, -digo Euroleague Basketball- se encuentra fuera del mundo federado.


Su actividad se lleva a cabo a través de varias empresas organizadas como grupo cuya matriz se denomina Euroleague Commercial Assests S.A., domiciliada en Luxemburgo, siendo ésta el máximo órgano con capacidad decisoria.


Como es sabido, en su seno, se organizan dos competiciones europeas: EuroCup, (2ª) y Euroleague (1ª). El Real Madrid C.F.; el Baskonia S.A.D.; F.C. Barcelona; Olympiacos B.C.; Maccabi T. Aviv B.C.; Olimpia Milano; Panathinaikos B.C.; Fenerbahçe S.K.; B.C. Zalguiris; y, C.S.K. Moscú, son los titulares de las acciones en un 75 % aproximadamente y un 24 % se constituye por alguna que otra liga, como la española. Asimismo, nos topamos con otras tres sociedades consecuentes de la matriz (Euroleague Entertainment and Services S.L.U. destinada a la organización y gestión operativa de 1ª y 2ª; Euroleague Basketball Community Trust, a cargo de programas benéficos y educativos y Euroleague Properties S.A, que hasta el acuerdo de joint-venture con IMG ostentaba los derechos comerciales de las competiciones y se encargaba del su desarrollo empresarial, en la actualidad es titular una nueva sociedad: Euroleague Ventures S.A.».


Lo destacable aquí es la necesidad de estar en posesión de un contrato de licencia con la precitada sociedad Euroleague Properties. S. A. y la no oficialidad de sus competiciones desde que rompió sus relaciones institucionales con FIBA en 2015, es decir, competiciones organizadas al margen de la organización piramidal federativa».


Esta pequeña introducción nos sirve para comprender que la Euroleague no desprende una organización convencional deportiva, sino que su estructura se encuentra al margen de la pirámide federada y, por supuesto, de sus normas. Si nos centramos en este año ¿2020? y la etapa que nos ha tocado vivir junto al «maldito virus», llegamos a aquella necesidad que han acogido todas las entidades deportivas de decidir y emitir normas que ayuden a la convivencia del deporte de competición con el mencionado virus.


Así, la Euroleague publicó el 18 de septiembre el protocolo para aplicar en sus competiciones («Health & Safety Protocols and Special Regulations for the 2020-21»). Las medidas fueron tomadas en coordinación con la propia liga, médicos de clubs, incluso fueron consultados los 42 clubs, -no hay que olvidar que la Euroleague se conforma por los clubes y funciona a través de sus decisiones-, también tuvieron en cuenta las consideraciones de la Asociación de Jugadores de la Euroleague, entrenadores, árbitros, ligas domésticas y la ULEB.


En esencia, el protocolo contenía, «medidas básicas de higiene: lavado de manos, distanciamiento social, uso de mascarilla y ventilación; Pautas para la cancha y las instalaciones de práctica que establecen un máximo de personas en áreas de la cancha de juego y los vestuarios; Nombramiento de un «manager COVID-19» en cada club, sesiones educativas, cuidado diario recomendado de la salud, formularios de evaluación médica; Los jugadores, el cuerpo técnico y los árbitros deben realizar una prueba de PCR tres días antes de cada partido, con protocolos a seguir en caso de que el resultado de la prueba de PCR sea positivo; Directrices para hoteles, transporte, árbitros, producción de televisión, medios de comunicación y espectadores».


Estas medidas entiendo que fueron aprobadas teniendo como base la multitud de recomendaciones y protocolos existentes. Si bien, lo interesante de este «Protocolo» no es en sí la aplicación de las medidas, sino el del régimen disciplinario y el modo de su aplicación. Ello porque en otras federaciones, sí han modificado el código disciplinario, por ejemplo, en la Real Federación Española de Fútbol[2], se tipifica como infracción muy grave el hecho de no comunicar un positivo en un plazo prefijado a sabiendas de su diagnóstico, es decir, se tipifica así por actuar faltando al respeto y poniendo en riesgo el buen orden deportivo y la salud de los compañeros futbolistas. No obstante, el modo de su aplicación llegado el caso, será proporcional y no genera de forma automática la pérdida del partido, es más, ya existen resoluciones de jueces de competición en las que se aplazan solamente los encuentros hasta que las circunstancias lo permitan.


En la Euroleague -hasta su retracción- se aplicaba -en mi opinión- de una forma un tanto restrictiva e injusta dada la situación de incertidumbre existente con respecto a la forma de contagiarse, los casos asintomáticos, las decisiones tan variopintas de cada Gobierno, y, en esencia, la imposibilidad de controlar el virus (control que, de tenerlo, no habría habido una situación de pandemia, ¿no?).


Me explico, la Euroleague en su protocolo disponía que cualquier incumplimiento podría ser considerado como una infracción estipulada en el Capítulo II de la Sección I del Código Disciplinario de la Euroleague.


Bien, no cabe duda de que las autoridades podrían imponer restricciones para preservar la salud de sus ciudadanos, con lo cual, la Euroliga lo acuñó para tener en cuenta posibles aplazamientos. Recalcar aquí que un encuentro solamente podría aplazarse en un máximo de tres ocasiones.


En suma, a modo de organización, «Todos los partidos de la temporada regular de (1ª) deben haberse jugado antes del 13 de abril de 2021 y todos los partidos de las eliminatorias deben jugarse antes del 5 de mayo de 2021; y, Todos los partidos de temporada regular de (2ª) deben haberse jugado antes del 22 de diciembre de 2020, y los 16 mejores partidos deben jugarse antes del 23 de febrero de 2021».


De gran calado fue la siguiente consideración, y es que, la Euroleague estableció que, si no hubiera posibilidad de señalar un partido nuevamente o incluso si se hubieran agotado las tres opciones para fijar el partido, sea por restricciones por las autoridades nacionales o incluso, si el equipo tuviera menos de 8 jugadores por COVID-19, el equipo sufriría la pérdida del partido (20-0) de forma automática. -Al menos-, las pérdidas reiteradas de 0 a 20 debido a tal circunstancia no conducían a la descalificación del propio equipo. En particular, ello se incluyó expresamente en un apartado de los Estatutos de la Euroleague titulado «2020–21 EUROLEAGUE BASKETBALL SPECIAL REGULATIONS DUE TO COVID-19».


Algunos ejemplos[3] de su aplicación se pueden encontrar clicando aquí y aquí. Por cierto, ¿por qué los clubes decidieron tal medida? ¿Encontraba justificación en una causa de fuerza mayor? ¿Era proporcional aplicar aquí ese criterio objetivo? ¿esta medida era conforme con el buen orden deportivo y el fair play? ¿La habrían aprobado como medida residual? ¿Habrán observado que el «maldito virus» no tiene condescendencia con los baloncestistas profesionales?







Como añadido, los baloncestistas de clubs españoles participantes en la Euroleague tienen otorgado el derecho a la ocupación efectiva en el artículo 7.4 del Real Decreto 1006/1985 (RD 1006) en cuanto se dispone que:


«los deportistas profesionales tienen derecho a la ocupación efectiva, no pudiendo, salvo en caso de sanción o lesión, ser excluidos de los entrenamientos y demás actividades instrumentales o preparatorias para el ejercicio de la actividad deportiva».


En este sentido, ¿la Euroleague -formada por cierto por los clubes empleadores de los baloncestistas- estaba limitando su derecho a la ocupación efectiva? De la literalidad del precepto del RD 1006 se extrae que sólo podrán ser excluidos en caso de sanción o lesión. Supongamos, sin reflexiones en profundidad, que, ser positivo en covid se asimila a estar lesionado, pero, ¿y si solamente son positivos dos de los componentes del equipo y el resto no? En este caso, ¿cómo se ponderaría el derecho a la ocupación efectiva de los «negativos» frente a no participar en los partidos suspendidos por sus compañeros «positivos»? ¿Se justifica sin problema alguno al observar los riesgos laborales que subyacen del COVID-19? ¿Cómo encaja en la normativa laboral la sanción que podía sufrir un club por restricciones en la circulación de sus respectivos países? ¿Era proporcional sancionar a pesar de la actitud correcta del club?


Todo ello se ha contado en pasado porque la Euroleague ha aprobado hoy día 20 de octubre una modificación sobre las reglas antes mecionadas que hasta el momento se venían aplicando en relación con los 20-0. Además, la disposición final de este apartado estatutario indica que las modificaciones sobre el («Protocolo»), se aplicarán de forma retroactiva[4]. ¿Los clubes se habrán percatado de que «dar por perdidos» encuentros de forma constante por causas ajenas a los perjudicados no es tan adecuado como lo era sobre el papel en aras de preservar la competición sin demoras? ¿Los contratos para con soportes de video bajo demanda y televisiones se veían especialmente afectados? Como comentaba con otro buen compañero, ¿los aplazamientos sin límites podrían llegar a adulterar los resultados de la competición? ¿Cuál fue la justificación real de estas normas? ¿fuerza mayor y protección de la salud?


Acabo concluyendo que, lo que hay que tener claro es que en esta situación de incertidumbre, nadie sabe cuál es la mejor medida a adoptar, es muy complejo, pero, por supuesto, hay que intentar que en la medida de lo posible, sean medidas proporcionadas y que perjudiquen lo mínimo posible a sus participantes.


Muchas gracias por la lectura, espero con inquietud debates sobre el tema pues yo sigo dándole vueltas (jurídico-deportivas) ...


[1] Para amenizar la lectura: https://www.youtube.com/watch?v=vCEvCXuglqo [2] Artículo 68. Conductas contrarias al buen orden deportivo, y, artículo 69 bis. Actos y conductas contrarias a la tolerancia y el respeto. Se entienden por actos o conductas contrarias a la tolerancia y el respeto, aquellas que sin llegar a ser calificadas como violentas, racistas, xenófobas o intolerantes, supongan un mensaje degradante, vejatorio, irreverente, malsonante o insultante hacía el club rival y sus integrantes, aficiones, árbitros y asistentes y en general contra cualquier persona o colectivo que participe directa o indirectamente en el partido o competición de que se trate y contra cualesquiera de los miembros de la organización federativa. Código Disciplinario de la RFEF. [3] https://iusport.com/art/114125/la-euroliga-dejara-de-penalizar-con-derrota-la-incomparecencia-por-covid-19 [4] The present version of the Special Regulations has been approved on 20 October 2020 and will have retroactive effect to any decisions already applied regarding the 2020–21 season

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